Uno de los albañiles que encontró los huesos enterrados en la casa de Coghlan habló con TN y contó cómo fue el terrible momento: “Me dio escalofríos”.

“Estaban a poca profunidad, como a 60 centrímetros, y llamamos a la policía”, explicó.

Crimen en Coghlan: “Fueron 41 años de dolor y espera”, dijo el hermano de Diego Fernández Lima

“Fueron 41 años de dolor y espera”, resumió Javier Fernández Lima, hermano de Diego Fernández Lima, el adolescente de 16 años asesinado y enterrado en una casa del barrio porteño de Coghlan, a metros de donde vivió el músico Gustavo Cerati. El hallazgo de los restos cerró una búsqueda que marcó a toda la familia durante más de cuatro décadas.

En una entrevista con Luciana Geuna en el programa ¿Y mañana qué? (TN), Javier relató cómo su familia nunca perdió la esperanza. “Mamá está con altibajos. Tiene 87 años, pero hasta hace una semana se asomaba a la ventana para ver si Diego venía. Nunca quiso sacar el teléfono de línea por si llamaba”, contó conmovido.

Una ausencia que nunca aceptaron

Javier tenía 10 años cuando su hermano desapareció. “Crecí con esta angustia. Era mi ídolo. Para nosotros, Diego no estaba muerto: lo estuvimos esperando”, dijo. Incluso decidió ponerle el nombre de su hermano a su propio hijo.

La familia reclama ahora justicia y que los responsables del crimen sean juzgados.

El hallazgo de los restos tras 41 años

Los huesos de Diego fueron encontrados en el jardín del chalet de la familia Graf, en avenida Congreso al 3700, donde vivían desde los años ‘70. Los Graf son los principales sospechosos, aunque nunca declararon ni como testigos ni como imputados.

La desaparición de Diego

El 26 de julio de 1984, Diego regresó del colegio, almorzó con su madre y le pidió dinero para el colectivo. Dijo que iría a visitar a un amigo, pero nunca regresó. Fue visto por última vez en la esquina de Naón y Monroe, en Belgrano.

Cuando sus padres fueron a denunciar su desaparición en la comisaría 39, la policía se negó a tomarles la denuncia: “Se fue con una mina, ya va a volver”, les dijeron. El caso fue caratulado como “fuga de hogar” y no se abrió una investigación.

Durante años, la familia repartió panfletos, golpeó puertas y logró publicar una entrevista en la revista ¡Esto!, que quedó archivada en la Biblioteca Nacional.

Un pedido de justicia que no prescribe

Hoy, con el hallazgo de los restos, la familia Fernández Lima impulsa que el asesinato de Diego no prescriba y que los responsables enfrenten un juicio. “Queremos saber qué pasó y que haya justicia”, pidió Javier.